El concepto del entretenimiento tiene matices muy significativos comparando una serie mexicana con algún ejemplo de Corea del Sur como los siguientes:
KING THE LAND es una serie de 16 capítulos en una primera temporada, que parte de una progresiva relación sentimental que se presenta casi marcada por el destino, como en esas historias en las que los enamorados, se cruzaron en el camino sin encontrarse; como en esas historias en las que los protagonistas pudieron conocerse previamente, y no lo hacen, quizás porque tienen reservado un mejor momento para hacerlo; como en esas historias en las que todo tiene un lugar, un instante, y un estilo ideal para que la magia del romance aparezca con una fuerza incontrolable.
KING THE LAND es una serie que vista de manera superficial, puede ser injustamente etiquetada con el cliché del joven rico, apuesto, incomprendido, e irascible, sumergido en un problema emocional con el que nadie quiere lidiar, hasta que, por mera casualidad, una chica linda de un estrato social modesto, le mueve el piso con simpatía, paciencia, nobleza, y una singular sonrisa. Entonces, dejamos que venga a nuestra mente una historia rosa que nos contará por enésima ocasión un sube y baja de estados de ánimo, de enredos, y de malos entendidos caracterizados en repetidas veces por la falta de congruencia, pero afortunadamente, esto no sucede.
Lo que ocurre es que KING THE LAND no se reduce al cliché, ya que, su propuesta se enriquece con el cumplimiento de los sueños laborales, su desarrollo profesional, y las legítimas aspiraciones que distintos personajes tienen. Y es en este camino por la superación personal, en el que puedes encontrar un atractivo de entretenimiento, ya que te puedes identificar hipotéticamente en cada situación, y valorar ampliamente tu potencial. Puedes ver cómo el propósito de cada empleo, como seguramente pasa con el tuyo, es vender, vender, vender.
Puedes ser un empresario, un prestador de servicios profesionales independiente, o cualquier trabajador dentro de la estructura de un corporativo, y, de todos modos, aunque no lo percibas, tu principal objetivo de trabajo es venderle algo a alguien. De esta forma, la citada serie te permite comparar la forma en cómo se percibe la disciplina, la misión de la empresa, y el servicio al usuario, que son temas que no se pueden plantear abiertamente en la realidad en esta ciudad, porque es como si hablaras en “coreano”.
EL AMOR ES COMO EL CHA CHA CHÁ, por otro lado, es otra bonita serie de 16 capítulos en una primera temporada, que se aleja un poco del organigrama corporativista, y se refugia en un pintoresco y pequeño pueblo junto a la playa, en donde las condiciones parecen favorables para un emprendimiento profesional. Aquí el romance es mucho más relevante en la historia, aunque se plantea de forma chusca el ingenio de los lugareños para subsistir a través de la prestación de diversos servicios, y, además, se muestra con detalle una convivencia social mucho más cercana y colaborativa, mucho más alegre y sensible.
EL AMOR ES COMO EL CHA CHA CHÁ, y KING THE LAND son series en las que las historias secundarias toman una relevancia importante, y esto le permite al espectador vivir la historia con más intensidad. Ambas series reivindican a los adultos mayores, su conocimiento profundo de la vida, su experiencia invaluable, y su coexistencia con los jóvenes. Ambas series rescatan frases contundentes ante circunstancias y conflictos, ambas series resaltan la importancia de la inteligencia emocional de sus personajes, ambas series dejan volar la imaginación al contarte una historia romántica, con filosofía, y con una considerable dosis de humor.
