LETICIA RAMÍREZ ANAYA, UNA MÁS.
Profesor Felipe de Jesús Cervantes Pérez.
La mala costumbre de someter al sector educativo a las veleidades de la política por cargos tiene larga data.
En épocas de inestabilidad política se lleva los honores el presidente Juárez pues tuvo la friolera de 11 titulares en el ministerio en un lapso de 11 años.
Porfirio Díaz contó con tres titulares en 29 años siendo Joaquín Baranda el más duradero pues se mantuvo por 19 años llevando el récord de permanencia hasta la fecha.
Madero contó con dos secretarios en un corto período de 15 meses.
En el caótico gobierno del usurpador Victoriano Huerta desfilaron 5 secretarios en apenas 17 meses.
Durante el cuatrienio Obregonista se contó con José Vasconcelos quien, casi al final, fue sustituido por Bernardo J. Gastélum. Igual con Calles, un solo secretario sustituido casi al final de su gobierno.
Durante el Maximato callista, tutelando a tres monigotes en la presidencia, por seis años desfilaron 9 titulares en el sector educativo.
El presidente Cárdenas contó con tres secretarios al igual que Ávila Camacho.
Lo increíble, los cinco sexenios siguientes lograron mantener un solo secretario de educación todo el periodo: Miguel Alemán, Ruiz Cortines, López Mateos, Díaz Ordaz y Echeverría; Carlos Salinas y Vicente Fox también se suman a los pocos sexenios que lo hicieron.
López Portillo, Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo tuvieron dos secretarios de educación.
AMLO, como Calderón y Peña Nieto, lleva tres en sus respectivos seis años.
El desfile de Esteban Moctezuma, Delfina Gómez y Leticia Ramírez no debería sorprender a nadie: sujetar la educación pública a los tiempos políticos sigue con el viento en popa.
Pocas veces han sido educadores de profesión los titulares y a pesar que Delfina ha ejercido la docencia, no logró esperanzar a un sector del magisterio ni siquiera al nivel de Esteban Moctezuma.
El paso de Delfina por la secretaría estuvo marcado por las veleidades de la política: una derrota electoral la encaminó a la SEP y la posibilidad de redimirse de ese fracaso la quita de la SEP.
“El EdoMex nos la dio y el EdoMex nos la quitó” dirían los clásicos.
En la disputa por la gubernatura del estado de México, Delfina deja en el camino a su ex mentor Higinio Ramírez cuyo principal negativo es tener una carrera política por sí mismo y no estar a la sombra del presidente, mismo pecado de Noroña, Ebrard y Monreal.
Llega Leticia Ramírez por su cercanía, dependencia y lealtad absoluta al presidente quien para legitimarla la presenta como quien sí ha dado clases frente a grupo, aunque desde 1984 dejó de hacerlo, y que ha sido líder tanto del SNTE como de la CNTE cuando la realidad es que en ambas instancias tuvo un papel secundario y casi marginal. Lo dicho por el presidente dio pie para que la inefable Elba Esther Gordillo asegurara que la SEP está en manos de la CNTE.
La CNTE se ha deslindado de lo dicho por AMLO informando que Leticia estuvo integrada en un grupo llamado Fracciones Democráticas (en adelante FD) mismo que fue expulsado de la Coordinadora en 1992 por llevar acuerdos con el charrismo de Gordillo; así que Gordillo la conoce bien pues era del grupo encabezado por Jesús Martín del Campo con quien llegó a acuerdos que les redituaron pingües ganancias.
De esa historia sí conozco porque FD tuvo presencia en estas tierras potosinas.
Les platico.
Elba Esther llegó al SNTE de la mano de Salinas en una clara imposición totalmente antidemocrática y buscó legitimarse maquillando al sindicato con una reforma a los estatutos que permitiera la integración de los grupos disidentes o pseudo disidentes desplazando a los jonguitudistas fieles y asimilando a los infieles. En la elaboración del nuevo Estatuto participaron Marcelo Ebrard y Castañeda Gutman: uno de mis amores, decía Gordillo de Ebrard.
Entre los desplazados potosinos estuvieron los fieles a Jonguitud y cercanos a José Refugio Araujo del Ángel y entre los asimilados los hermanos Evaristo y Vito Lucas Gómez Hernández.
Las disidencias locales nos concentramos a partir de 1991 con la creación de un Consejo Estatal de Lucha del Magisterio Potosino previas manifestaciones multitudinarias que en el Congreso Seccional de 1992 y, mediante un control efectivo, fuimos asimilados con una Secretaría y dos presidencias de comisión, la primera para un entonces combativo profesor avecindado en la huasteca recién fallecido (Magdaleno Ramírez Álvarez); las comisiones para un profesor de la región centro y de la región media. El de la región media resultó ser José Luis Briones Briseño quien no aguantó ni seis meses y se entregó a los brazos charriles con tan buen tino que llegó a secretario general de la Sección 26 y a la fecha vive de las cuotas sindicales llegando este 2022 a 30 años feliz y contento en su papel de tránsfuga del aula.
El de región centro, Gregorio Monsiváis, y Magdaleno, establecieron relación cercana con el grupo de la hoy flamante titular de la SEP y así conocimos a Jesús Martín del Campo, cabeza visible de FD y que se asumían como parte de la CNTE aunque fueron expulsados, como ya mencioné, el primero de noviembre de 1992 y Leticia en la bola.
Lejanos como estábamos a la verdadera CNTE asumimos la relación con FD. Allí no había miseria. Realizaban foros y conferencias en los mejores hoteles de la Ciudad de México y de otras entidades haciendo gala de todos los elementos técnicos disponibles y con material impreso de alta calidad. Debo confesar que los análisis del contexto sí enriquecieron mi formación.
Además de no gastar en comida porque se contaba con desayuno, comida y cena buffet, ofrecían el pago de los boletos de autobús y aun de avión para los compas que llegaban desde Baja California.
Había dinero pues y venía de las arcas sindicales en poder de Gordillo como premio a la integración en el Comité Nacional de Jesús Martín del Campo y dos de su equipo, además de la firma de éstos en acuerdos lesivos a los trabajadores como el de la muy neoliberal Carrera Magisterial hoy transfigurada superficialmente como USICAMM.
La CNTE acusó en ese tiempo, como la hace ahora, a FD de haber sido creada para desestabilizarla, dividirla y aniquilarla. Bueno, en SLP lograron retrasar unos años la lucha sindical.
Desde estudiante de Antropología, Leticia se vinculó al grupo maoísta OIR-Línea de Masas, donde también participaron Rosario Robles y Luis Hernández Navarro.
Como integrante de la Sección 9 del SNTE formó parte del grupo “los microchips” donde tenían influencia Jesús Martín del Campo y Elio Bejarano hasta llegar con ellos a FD, protegidos por Gordillo y Elba a la sombra de Salinas de Gortari. Elba miente como acostumbra al decir que la SEP se entregó a la CNTE, debería decir que se le entregó a una corriente sindical a la que cobijó para afectar al movimiento democrático.
A la creación del PRD, siguió la elección de AMLO como presidente nacional de ese partido y Leticia Ramírez como Secretaria de Organización. Tal vez porque el carisma de AMLO eclipsa a su alrededor, el caso es que en ese cargo pasó gris gris.
Como perredista primero y como morenista después, forma parte del grupo político que ve a la Ciudad de México como su territorio indiscutible y a los políticos fuereños como competencia si es el caso que sean independientes a ellos, pero dispuestos a cobijar a los provincianos que se les sometan.
Como Jefe de Gobierno AMLO la asignó a Atención Ciudadana. Allí se mantuvo dos sexenios pues Ebrard respetó las recomendaciones de AMLO.
Mancera le hizo el fuchi pero tuvo la suerte de ser rescatada como asesora en la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México cuya titular de entonces es familiar de la esposa de AMLO.
Tras la epopeya nacional del 2018 vuelve a sus funciones atendiendo a las peticiones ciudadanas en el gobierno de AMLO.
Hasta que Delfina Gómez se va de la SEP.
En la carrera por el 2024 el presidente protege a quienes busca heredar la estafeta de la 4T a cualquier costo.
Premia la lealtad y la permanencia confiando en que el desempeño de Leticia Ramírez pase mas allá de las tonalidades grises que le han acompañado toda su trayectoria.
Ya está en la SEP y comienza otra historia.