El presidente López Obrador ha dicho en varias ocasiones que los corruptos deben ser estigmatizados para impedir que la corrupción se convierta en forma de vida pues antes no perdían ni siquiera su respetabilidad y mucha gente pensaba que eran personas honestas.
AMLO ha aseverado también que la corrupción política es la causa principal de la pobreza, la desigualdad y la violencia, por lo que hay que tener cero tolerancia y no dejar pasar nada para erradicarla estigmatizando a los corruptos porque de ahí va a venir la renovación de la vida pública.
La memoria colectiva es corta, de allí que la clase política opte por la espectacularidad porque tratándose de ser elegidos para alguna candidatura la última impresión es la que cuenta.
Entonces los adversarios de uno y otro lado se guardan las armas para los momentos álgidos de las contiendas electorales como bien puede dar cuenta el profesor René Bejarano “el señor de las ligas”.
Y no puede entenderse el cómo podrá lograrse esa renovación de la vida pública cuando la manera de hacer política sigue siendo la misma, pintada antes como tricolor o blanquiazul y embadurnada hoy de color vino tinto. Hacer lo mismo que se criticaba es una derrota moral de gran trascendencia.
Se sepulta la frase de “el pueblo es sabio” cuando es evidente la manipulación que de un gran sector de ese pueblo se hace. La transformación de cualquier organización partidista pasando a ser de bases a un partido de cuotas y cuates es de lamentarse; más cuando significa el atropello descarado.
Nadie puede negar que hasta el 2018 el partido Morena tuvo el impulso popular con representaciones venidas de sectores ajenos a los tradicionales; se ganó un poder pero se perdió la esencia.2021 puede señalarse para “el partido de la esperanza” como el principio de su debacle ética que se vio coronada con la elección de un Consejo y un Comité nacionales y sus respectivos estatales mediante prácticas que hacen ver a los otrora abusivos priistas como niños de pecho.
San Luis Potosí no escapó a estos hechos y hasta se podría decir que refinamos.Viendo los acontecimientos a la distancia ya no queda ninguna duda que en tierras tuneras vivimos la primera concerta-cesión de paternidad salinista pero con el sello retorcido de la llamada transformación.
El beneficiario de las concerta-cesiones salinistas fue el PAN y el primero del obradorismo es el PVEM.El pragmatismo para lograr mayorías calificadas artificiales en la pasada legislatura federal abrió la puerta para que legisladores de oposición de entonces brincaran al “lado correcto de la historia”.
La resistencia de sectores locales complicó el compromiso cupular de abanderar a un candidato propuesto por el Verde pero en conjunto con Morena y PT al grado de molestar tanto a Mario Delgado quien, además de respaldar al candidato del Verde, pisoteó a su propia militancia inconforme negándoles el derecho estatutario de poder ser diputados locales o federales por la vía plurinominal.
Se pasó por salva sea la parte el estatuto e impuso en los números 1 y 2 locales a sus alfiles Cuauhtli Badillo y Lidia Vargas quienes estaban impedidos por haber sido diputados federales plurinominales al grado que tuvieron qué litigar en tribunales contra su propio partido.
Señalaba AMLO que antes los corruptos no perdían ni siquiera su “respetabilidad” pero ahora no se cantan tan mal las rancheras pues basta asomarse a las redes sociales de estos beneficiarios del cochupo para constatar las decenas de “likes” que amigos, parientes y hasta militantes echados a perder les obsequian…bueno, uno que otro hasta comparten.
Lo mismo sucede con quienes considerados de Morena contendieron con otras siglas como los casos de Kevin Ángelo Aguilar y Leonel Serrato, entre otros menos notorios.
Los corruptos del pasado tan no pierden la respetabilidad señalada por AMLO que hasta pueden ser candidatos como el caso de Mónica Liliana candidata de Morena a la gubernatura; allí está la prueba con un largo listado de apoyadores entre ellos la actual presidente de Morena Rita Ozalia y el de organización Mario Godoy. Unos apoyando a la del PRI y otros apoyando al del Verde olvidando sus pasados oscuros.
De un partido de bases a uno de cuotas y cuates. Fue evidente que las bases gallardistas fueron acarreadas para retribuir el apoyo que el hoy gobernador recibió en campaña del equipo del bienestar y que ese acuerdo se tomó con Adán Augusto.
Por eso no hay en el Comité ningún gallardista de origen y el gobernador actuó como matraquero y telonero a las órdenes de Gobernación.Luego entonces podemos ver a los hermanos de la Secretaria de Seguridad Rosa Icela Rodríguez, que es Rita Ozalia, y al hermano de la Fiscal de la Ciudad de México Ernestina Godoy, que es Mario Alberto, en los cargos importantes del Comité Estatal. Sólo se les escapó la Secretaría de Finanzas que tuvieron que ceder a un recomendado de Mario Delgado y del equipo de Cuauhtli Badillo.
Para que nadie quedara fuera, se completa el cuadro de consejeros y dirigentes con gente del Bienestar como son los agabinados Guillermo Morales y Carlos Arreola, como secretario general el primero y nada más como presidente del Consejo Estatal el segundo quien es flamante Coordinador Operativo en la Secretaría del Bienestar, brazo derecho de Gabino Morales.Una dirigencia, en nuestro estado y en todos los demás, de cuates, donde “el pueblo sabio” fue manejado como títere guiñol.
Desde luego reconozco que la mayoría de los nombrados sí tienen una larga trayectoria en su partido pero la diferencia de peso no fue esa cualidad misma que comparten decenas y decenas de militantes en todo el estado pero que carecen, estos últimos, de la palanca que significa ser parte de grupos de interés o hermanita o hermanito de alguien.
Tan amarrado estaba arriba que las votaciones entre consejeros se dan por unanimidad. Así la cosa.Como siempre, la excepción confirma la regla.Roxana Hernández Herrera, secretaria de formación política y de reciente filiación morenista, es una joven activista a la que conocí en reuniones de muy diversos grupos sociales que nos acercamos para protestar por la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
El grupo de profes, ya jubilados todos, hicimos sinergia a partir del 2014 con los jóvenes surgidos desde el 2012 como Yo Soy 132. La juventud y la experiencia, pues.Con Michel, Claudia, Roxana, Sebastián y otros jóvenes, compartimos momentos de lucha y acciones. Desde manifestaciones mensuales cada día 26, la elaboración de Altares monumentales por el Día de Muertos recordando a los estudiantes y a otros activistas asesinados, El Otro Grito en Aranzazú cada septiembre, mítines y marchas en defensa de la educación pública, recaudación de víveres para el plantón nacional de la CNTE, hasta el encapsulamiento que sufrimos durante la visita de Peña Nieto por parte del Estado Mayor Presidencial y las fuerzas del orden locales.
Esos jóvenes veinteañeros que hoy empiezan o están por empezar la tercera década de edad me despertaron la fe en que otro mundo es posible y ganaron mi respeto y cariño; son un activo importante para cualquier esfuerzo pues son activistas probados.
Deseo que donde se encuentren no pierdan la fe, la mística y la frescura de sus convicciones. Que su plumaje sea de ésos que cruzan el pantano y no se manchan.
Por lo demás, me siento obligado a señalar que todo el atropello, todos los abusos vividos en el seno de la llamada transformación, tienen un fin y que todo lo que se avanza con trampas es un castillo de naipes que al soplo del viento cae solo, porque nada es más lamentable que quien es pisoteado termine por apoyar aquello que fue la causa.
Podrán pintarse miles de bardas, pagarse cientos de espectaculares, impulsar la cargada inmoral, pero todo será el preludio del fin de un movimiento que mereciera mejor destino.
