Un ambiente de gran expectativa fue el que rodeo la cumbre de los lideres de América del Norte, la reunión celebrada en nuestro país puso en el ojo de huracán temas álgidos que inevitablemente tenían que ser abordados, los protagonistas se condujeron con prudencia, cordialidad y respeto, guardando las formas.
Desde su primera intervención en la reunión bilateral México-Estados Unidos, el Presidente Biden puso sobre la mesa la coyuntura de cambio, haciendo énfasis que se trata de un punto de inflexión distinto al ocurrido con posterioridad a la segunda guerra mundial, enfoque que versa en la construcción de políticas exteriores de su país con relación a las demás naciones incluido México.
Tanto el Presidente Biden como el Primer Ministro de Canadá Justin Troudeau, tienen un profundo conocimiento de los arrebatos del anfitrión López Obrador, que para ser sinceros su comportamiento superó las expectativas y, los invitados recibieron halagos y buen trato.Los pronunciamientos públicos fueron entrelineados, con discursos cuidadosos, tocando temas escabrosos como la migración; seguridad fronteriza; medio ambiente y; narcotráfico, tópicos delicados donde únicamente señalaron aspectos generales.
Sin embargo, hay varios acuerdos que merecen destacarse por su relevancia, pues dejaron entrever negociaciones o convenios interesantes. Siendo una alianza estratégica a partir de los Tratados Internacionales entre los tres países, es una obviedad decir que el objeto principal es continuar con el fortalecimiento de las relaciones económicas y comerciales de la región.
No obstante, los enfoques y las diferencias están a la vista, pues actualmente tenemos un panel en materia energética, donde nos acusan de violaciones a los acuerdos, cuestión que se encuentra vinculada con el cambio climático y las energías limpias, cuestiones que estuvieron presentes en los mensajes y, me atrevo a decir que también en corto con mayor nitidez.
A nadie escapa que el Presidente López Obrador ha procurado convertirse en el líder latinoamericano, algunos analistas manifestaron que esa posibilidad se le había escapado al ganar Lula la Presidencia de Brasil, sin embargo, los acontecimientos desbordados en ese país donde se desbordaron las acciones para derrocarlo le cayeron como anillo al dedo al tabasqueño, quien aprovecho la presencia de los lideres en la cumbre para hacer un comunicado conjunto de apoyo a su colega.
Asimismo, fue insistente en la reunión proponiendo una mayor integración con el bloque latinoamericano a través de una nueva etapa de cooperación en todo el continente, respetando las independencias y soberanías de las naciones, se debe voltear hacia esos horizontes en aras de fortalecer la interacción.
Así consiguió la conformación de un grupo de representantes de los tres países que se encargue de iniciar los estudios, análisis y labores encaminados al desarrollo y bienestar del continente, incluyendo apoyos e inversiones, rescatando para tal efecto de manera sorpresiva como uno de los cuatro integrantes de México en ese grupo al empresario Alfonso Romo.
Esa noticia, lo vuelve a colocar nuevamente en una importante posición en el bloque latinoamericano y la integración del grupo debilita a la OEA que tanto detesta López Obrador.
La pregunta que queda en el aire es ¿a cambio de qué? Seguramente en poco tiempo encontraremos la respuesta.
