“El Vagabundo” es una película mexicana del año 1953, que fue estelarizada por el carismático Germán Valdés “Tin Tan”, quien se despoja por un momento del legendario pachuco, para encarnar a un indigente que deambula bajo la inclemencia del invierno, con bastante hambre y frío, durante la algarabía de las fiestas navideñas.
En medio de la necesidad, “El Vagabundo” lucha desde su interior, entra en conflicto con su conciencia, y se balancea entre su orgullo y sus incontrolables deseos de probar un delicioso bocado. También se debate entre su dignidad y la posibilidad de una cena caliente. Tiene que vencer el egoísmo y la indiferencia social, y es capaz de ceder su raquítico alimento a una persona más indefensa y más necesitada.
“El Vagabundo”, como la mayoría de los integrantes de una sociedad, tiene una historia que contar, ya que alguna vez tuvo infancia, y luego mientras maduraba física y socialmente, su vida sufrió una fractura severa, que le cambió el rumbo, y empezó a rodar por el mundo, hasta que la ocasión lo coloca en un momento de reflexión sincera y profunda, y decide recuperar su vida.
Dejando por un momento la película, y ubicándonos en la realidad de este 2023, deberíamos preguntarnos con toda seriedad ¿Qué sucede con los indigentes en nuestra ciudad? Vemos presencia de personas en situación de calle, que aparentemente padecen de sus facultades mentales, durmiendo bajo algún puente, o en algún jardín público, y en los alrededores de edificios abandonados.
Seguramente, las autoridades de protección civil y seguridad pública cumplen con operativos de temporada en los que se resguarda por una o dos noches a estas personas para que no sean víctimas mortales de las bajas temperaturas, pero por desgracia, son medidas insuficientes para contrarrestar este triste problema social. ¿Sería mucho pedir a las autoridades, como propósito de año nuevo, implementar medidas más contundentes para atender la indigencia?
Regresando a la película, basta decir que no se olvida de la crítica social en escenas como en la que “Tin Tan”, en su papel de “El Vagabundo” parodia el formato en la descripción de los delitos y hace una interpretación realmente chusca de la política criminal, ya que su personaje al insistir en ser recluido en la delegación de policía sólo para degustar la cena de navidad para los presos, encuentra serios obstáculos para ser merecedor de una pena de prisión, y cuando revisa la ley dice lo siguiente:
«Por matar en legítima defensa: libertad inmediata…”“Por matar en defensa del honor: libertad absoluta…”“Caray cómo cuesta trabajo ser delincuente…”
