La vida es un suspiro, y, por ende, los ciclos que la componen transcurren con una rapidez imperceptible. Cada etapa de la vida nos implica un progreso sustancial en nuestro carácter, en nuestra conducta, en nuestra cosmovisión. Pero no necesariamente llega ese progreso a todos por igual, y tal vez, en algunos ni siquiera se presente.
Al inicio de la primera película de Cars, se nos presentó un personaje central arrogante, engreído, vanidoso, que no escucha razones, consejos, ni recomendación alguna. Es un insoportable presumido incapaz de visualizar el talento en otros, de conceder importancia a la colaboración profesional como elemento del éxito, y de reconocer un error, deficiencia o debilidad en sí mismo, como si fuera un ente perfecto e insustituible.
Aun así, McQueen domina ampliamente la pista de carreras por su destreza y potencia, es un aguerrido competidor, es carismático para la afición, es potencialmente redituable para los patrocinadores, pero sigue siendo un simple novato, al grado de que se le escapa de la bolsa un triunfo cantado, y se esfuma una excesiva y notoria ventaja sobre los otros corredores, y su aspiración de ganar la Copa Piston se desvanece estruendosamente con un inusitado empate triple.
Pero McQueen se niega a asumir la responsabilidad del evidente fracaso, por lo que ante el testimonio mediático simula una inexistente estrategia para elevar las emociones del público. Y a pesar del resultado que puede entenderse como una parcial derrota, carece de la madurez para conducirse con respeto y modestia ante las circunstancias, desestimando a quienes lo apoyan por convicción y a quienes lo admiran por sentirse identificados.
McQueen es un solitario, que no conoce la amistad, el romance, ni el compañerismo. Es un ser que haciendo lo suyo brilla ante la multitud, pero cuando termina la exhibición de sus cualidades, no cuenta con nadie interesado genuinamente en su vida. Sin embargo, el Rayo no está consciente de su realidad porque la fama es el único objetivo que vive en su mente, y hace invisible cualquier otro asunto, haciendo de su conversación y su vida un rollo monotemático que gira alrededor de su eventual campeonato en la Copa Piston.
Si algo te parece familiar o se produce algún reflejo personal con los párrafos anteriores, tal vez deberías ver nuevamente Cars y enfocarte al preguntar: ¿Dónde está McQueen?
McQueen está en el descubrimiento de sentimientos y emociones nunca antes explorados por él; en la ruta del conocimiento profundo del por qué hacer algo o dejar de hacerlo; en el camino de la revaluación de prioridades y metas; en el encuentro con una personalidad desconocida que lo convierte en un ídolo auténtico y un amigo entrañable; en el aislamiento forzoso y necesario para lograr conducirse como un ser sensible y maduro; en la construcción de un ser consciente de la existencia, las necesidades y el valor de los demás.
Radiator Springs representa una oportunidad de mejora en la vida de toda persona superada por su ego e individualismo extremos. Los tiernos personajes que habitan este lugar son el balance indispensable que toda persona narcisista necesita. Saber apreciar con sinceridad la sencillez, la modestia, la experiencia, la timidez, y la admiración, con que alguien pueda relacionarse contigo, te hace una mejor persona. Por ello, maduras y te superas cuando aprendes que hay cosas más importantes que una simple copa vacía.
