De lunes a sábado, de seis a ocho de la mañana, por todas las avenidas del norte de la capital potosina; ingresa un ejército de ciclistas trabajadores de todas las edades, originarios del municipio de Mexquitic de Carmona.
Es la clase trabajadora que limpia, lava, barre, ayudantes de jardín, lecheros, carteros, chalanes de la obra, pulqueros, empleados y mozos, mecánicos y electricistas que desde tiempos lejanos han hecho de la bicicleta, mas que un moderno transporte, un amigo leal y económico que nunca ha pasado de moda.
Las primeras bicicletas que se rodaron en el municipio fueron exclusivas de la gente de dinero, porque hasta mediados del siglo XX la gente solo se transportaba en caballos. Pero la cercanía a la capital, donde la oferta laboral era satisfactoria, hizo que campesinos modificaran su forma de ganar la vida.
Anécdotas hay muchas, recién construida la carretera Zacatecas San Luis, en las curvas antes de llegar a la cabecera municipal de Mexquitic, Don Carlos que ni bien sabía manejar bicicleta, hizo que un trailero saliera volando fuera de la carretera y desde ese día se ganó el mote del tumbatrailer’s. O la de Don Melquiades, quien fuera candidato a la presidencia municipal en la década de los 80´s y llegaba a las reuniones de campaña y hacía política junto a su bicicleta. Y qué decir de generaciones de profesionistas que antes de ir a la escuela, desempeñaban un oficio encima de su bicla.
Aunque cada quién tiene su propia historia, Don Pablo Vázquez, siempre prefirió la bicicleta que un caballo, desde muy temprano salía con su garrafa a raspar magueyes, para las siete de la mañana enfilarse hasta la glorieta Benito Juárez, dónde trabajaba de ayudante en el Motel Cactus, más de una vez lo aventaron los carros, se iba de fiesta y su bicicleta siempre lo llevaba sano y salvo devuelta a casa; los años pesados de la tercera edad llegaron y caminaba con dos bastones pero Don Pablito seguía pedaleando e iba ligero como el viento en su bicicleta lechera.
También el apasionamiento por verlo como un deporte ha sido sustancioso, hombres y mujeres del municipio, principalmente niños, han incursionado como ciclistas con excelentes resultados. Hay un club de ciclistas que periódicamente y por su cuenta realizan rodadas ecoturísticas muy interesantes.
Los talleres de reparación de llantas no fueron tan comunes, porque es de a ley que, si tienes una bicicleta, tienes que aprender a parchar tus cámaras.
Y es que una bicicleta es todo un culto irremplazable, por eso cuando vemos tantos trabajadores de regreso a casa, después de jornadas extenuantes de 8, 9, hasta 10 horas y que sin tregua no aminoran el pedaleo, muchos de ellos sin prestaciones sociales, sin garantías ante un accidente, que regresan con sus bolsas con pan, con su mandado, con sus herramientas, expuestos al peligro constante, nos damos cuenta en la indolencia colectiva en la que hemos caído, salvo la carretera federal que cuenta con una ciclo pista a medias, las demás avenidas no tienen las condiciones para el tránsito seguro, muy lejos estamos de ver una infraestructura vial semejante a la de las avenidas Carranza e Himno Nacional, que salvaguarde la integridad física de los ciclistas, tal pareciera que sí hay ciudadanos de primera y de segunda. Algo se tiene que hacer, porque en definitiva los ciclistas de Mexquitic de Carmona, también se merecen transitar con la certeza de regresar bien a casa.