LA PROPUESTA PARA PROHIBIR LA INSTALACIÓN DE NACIMIENTOS NAVIDEÑOS NI SIQUIERA SE DEBERÍA DISCUTIR, ES UNA TERQUEDAD: DIP. ALEJANDRO LEAL TOVÍAS.
MÉXICO ES UN PAÍS DE TRADICIONES Y LIBERTADES QUE SE MANIFIESTAN EN TODOS LOS ÁMBITOS.
En México hay tradiciones que deben prevalecer porque son una expresión que se ha mantenido en muchos sectores tanto del ámbito público, privado y académico además de lo familiar, señaló el diputado Alejandro Leal Tovías vocal de la comisión de Gobernación del Congreso del Estado.
Lo anterior, en relación a la propuesta del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Juan Luis González Alcántara Carrancá, para prohibir la instalación de nacimientos navideños, cualquier tipo de adorno o signo alusivo a la religión en espacios públicos.
“Es un tema que ni siquiera debería discutirse, es una terquedad, es improcedente en un país religioso, con una gran mayoría de casi 100 millones de personas que profesan la religión católica, con costumbres que han persistido”.
En la propuesta, el ministro señala que “los elementos de escenas bíblicas en la vía pública viola la libertad religiosa, los principios constitucionales del Estado laico y el principio de igualdad y no discriminación”. El diputado Leal Tovías expuso que esta terquedad jurídica está por encima de las voluntades mayoritarias.
Manifestó que “las posadas, Semana Santa, altares, nacimientos, entre muchas otras actividades son tradiciones mexicanas que deben subsistir y que se han ganado el reconocimiento a nivel mundial, lo cual no tiene ningún tipo de afectación ideológica ni religiosa, pues la laicidad del país no está en riesgo”.
Leal Tovías añadió que, por ejemplo, en San Luis Potosí los nacimientos se colocan al interior de los palacios municipales o de gobierno, la gente los visita, hay concursos, en las escuelas también se colocan, por ello es un tema que no debe ni discutirse y menos en la Suprema Corte de Justicia.
En el texto del ministro se indicó que, como consecuencia de haber privilegiado los símbolos o insignias de la religión cristiana, se posicionaron las autoridades –que promueven estas tradiciones- como “hostiles e indiferentes” frente a cualquier otra concepción religiosa o de conciencia.
