Después de haber quedado fuera de la contienda Enrique De La Madrid, siguieron en el proceso Beatriz Paredes, Xóchitl Gálvez y Santiago Creel, éste último al haber obtenido el tercer sitio en las encuestas, que, de acuerdo con las reglas del método, los tres finalistas tendrían el derecho de continuar hasta su conclusión.
No obstante, digno de reconocer, Santiago Creel toma una determinación trascendente, al considerar las pocas probabilidades de encabezar los trabajos del Frente Amplio por México, decide no continuar en esa elección, donde su participación se aventuraba convertirse solamente en calidad de testimonial, pues la contienda se percibe entre las dos mujeres.
Así lo entendió Creel, al igual que muchos otros que pensamos que su ciclo en ese ejercicio había terminado, al mismo tiempo que creemos en lo valioso de sus aportaciones futuras en beneficio del país desde otras trincheras, pues se requieren de muchos liderazgos que, como él, estén dispuestos a sacrificar sus aspiraciones personales en beneficio de un bien mayor.
En ese orden, la recta final queda entre Beatriz y Xóchitl, ambas mujeres inteligentes, preparadas, con capacidad y experiencia, cada una con su personal estilo, representan la esperanza de un mejor país al ir recogiendo en sus recorridos las inquietudes, necesidades y los sueños de muchos mexicanos.
No me cabe la menor duda que cualquiera de ellas en el caso de llegar a la presidencia de la República haría un destacado papel, además que son mejores perfiles por donde se vea que la corcholata Sheinbaum, elegida del inquilino de palacio.
Sin embargo, se trata de decidir quien puede ser mejor candidata en las condiciones que prevalecen, cuales deben ser las características por considerar que puedan aglutinar el mayor número de simpatizantes y, con ello, estar en una posición de competencia frente a una candidata arropada con toda la fuerza del Estado.
Ese es el meollo del asunto, la ventaja con relación a las circunstancias actuales favorece sin duda a Xóchitl, comenzando porque los electores prefieren a alguien sin trayectoria partidista, una persona más cercana a la sociedad y menos comprometida con las instituciones políticas, dada la aversión ganada por esas organizaciones.
Otra faceta que se ha encargado de informar es su origen y desenvolvimiento, de humilde indígena a exitosa empresaria; de vivir en condiciones precarias, superarse hasta compartir a través de fundaciones su prosperidad, aspectos que han creado una empatía en importantes segmentos que se identifican con ella.
Se ha creado una imagen de gente de lucha, perseverante, que no se dobla ni tampoco tiene compromiso alguno con nadie, que ha levantado ámpula, colocándose como una seria aspirante para enfrentar al régimen autoritario de la cuarta transformación.
Ha logrado penetrar las conciencias y renovar la esperanza ciudadana, abriendo las puertas lo mismo a liderazgos de los diversos partidos que conforman el frente, como a muchos más que sin pertenencia partidista se han unido a las filas de apoyo a su candidatura.
Con estos comentarios no pretendo regatear cualidades que posee Beatriz Paredes, mujer valiente y de visión de Estado, simplemente estoy convencido que las circunstancias favorecen a Xochitl, sin embargo, se requieren de todos.
