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sábado, noviembre 23, 2024

LE TIRARON A MATAR

EL DIABLO Y EL BURRO.

¿Qué?
“Error404 Lo sentimos, no hemos encontrado la página. Para regresar al inicio, o bien te podría interesar el siguiente contenido. Buscar en El Universal”.


Me encontré la anterior leyenda cuando este miércoles 5 de julio quise entrar a leer la nota publicada días antes en El Universal San Luis titulada: “Remueven a senador potosino por ser deudor alimentario”.


Así es, bajaron la nota después de comprobar que lo publicado era una absoluta calumnia. En su lugar se puede encontrar otra nota titulada: “Elí Cervantes no fue removido del Senado por Ley 3 de 3; su salida obedece a razones políticas”.


En la primera nota ya eliminada bajo la firma de la reportera Nancy Lizet Hernández, la susodicha aseguraba que la información le había sido proporcionada por “fuentes del senado”, artilugio utilizado ya sea para proteger la identidad de los informantes de buena fe o para encubrir la de un difamador interesado en dañar; el “secreto profesional” como excusa.


El instigador arrojó la piedra y escondió la mano sabedor que desataría reacciones en cadena de alcances imprevisibles.


Sabía que medios al servicio de la derecha no desaprovecharían el regalito para festinar que un senador de morena, un obradorista reconocido, era señalado por ser deudor alimentario y lo denostarían públicamente para pegarle a la Cuarta Transformación.


Sabía que los abundantes medios de un gobierno estatal que ha sido señalado por Elí César Cervantes por temas como salud, seguridad y, sobre todo, que lo demandó por el uso de la tarjeta “La Cumplidora”, también aprovecharían para poner de su cosecha a la nota calumniosa asegurando que “se encuentra en el padrón de deudores alimentarios desde hace ya un tiempo porque sus gastos no le alcanzan para cumplir con sus obligaciones como padre”.


Sabía que los grupos que tienen su agenda enfocada en defender los derechos de las mujeres enderezarían sus baterías para festinar que por fin se ponía un ejemplo para echarle mano a un abusador, agresor e irresponsable hombre.


Sabía que medios al servicio de propios correligionarios en la 4T tampoco dejarían pasar la oportunidad para sumarse a linchar a quien han visto como fuerte competidor interno y que replicarían la nota en grupos de whatssap y en el face.


Sabía que los detractores personales, los malquerientes que por sus propios motivos todos tenemos en mayor o menor medida y que nunca faltan, darían por hecho la calumnia dándola por cierta.


Aquí traigo a colación esa lectura del Diablo y el burro.


Pues resulta que el diablo pasó por un pueblo pacífico y trabajador. Vio a un burro atado a un palo y lo desató. El burro entró a la milpa del vecino y causó daños graves. La esposa del vecino mató al burro de un escopetazo.


Al escuchar la detonación salió intrigado el dueño del burro y al ver que se lo habían matado asesinó a la señora con su machete. El nuevo viudo, a su vez, tomó venganza asesinando al dueño del burro.


Finalmente entraron familiares y amistades de ambos bandos en contienda desatando el caos matando contrarios y quemando propiedades.
En los linderos del pueblo el Diablo atestiguaba el desaguisado cuando llegó Dios y le increpó con su ceño fruncido: “mira lo que hiciste”.


“¿Yooo?” respondió el Diablo con fingida sorpresa; “yo nada más desaté el burro”.


En el caso que nos ocupa el burro es la nota en El Universal firmada por Nancy Lizet, pero…¿quién es el Diablo y por qué lo hizo?


Se pueden hacer mil conjeturas que van desde el entorno íntimo personal del ofendido hasta actores de círculos políticos propios o ajenos, lejanos, cercanos o mucho muy cercanos.


Las primeras conjeturas no serían de extrañarse pero si fuera lo último sería un golpe bajo para quienes sostenemos que la política debe ejercerse sujeta a principios éticos y a valores morales; representaría un atentado a valores como la amistad, la lealtad y la congruencia.


Sería como sentir la puñalada artera por la espalda y descubrir que la mano que sostiene el puñal es de alguien apreciado.


Quien sea que esté haciendo el papel del Diablo soltando el burro en El Universal San Luis ha hecho gala de saña y perversidad; ha buscado aniquilar a un joven maestro que, no por ser mi hijo, se ha comprometido de lleno con el proyecto obradorista; el calumniador no quiso simplemente dañar a Elí César sino que buscó acabarlo, hacerlo papilla.
Hasta ahora fracasó el instigador.


Los medios nacionales, entre ellos el propio El Universal, y algunos (no todos por supuesto) locales ya informan que lo publicado por El Universal San Luis es falso y sería mucho esperar que quienes dieron por cierta la calumnia y la difundieron ahora compartan la verdad partiendo de este sitio: Elí Cervantes no fue removido del Senado por Ley 3 de 3; su salida obedece a razones políticas | San Luis Potosí (eluniversal.com.mx) lo que sería digno de reconocerse.


Queda claro que no fue removido ni sancionado y el propio Elí César ha señalado que Primo Dothé solicita regresar por motivaciones políticas actuales y así completar el tiempo que le faltó para cumplir los tres años comprometidos a la ciudadanía.


Mas allá del trago amargo queda un dulce sabor en la boca al dejarse venir las muestras de confianza, respaldo y solidaridad, desde quienes acompañan en equipo a Elí César hasta figuras nacionales que le han manifestado su confianza.


A diferencia del sorprendente silencio de quienes se esperaba respaldo debo reconocer que algunas de estas muestras de apoyo vinieron de quienes menos podría imaginarme por ser parte de otro grupo político interno que ha recibido los dardos de mas de una de mis sesudas columnas de opinión. Nobleza obliga.


Senadores que conocen a Elí César han compartido en sus espacios su apoyo y actores del medio le manifiestan su respaldo. No es gratuito, es resultado de su actuar franco y comprometido.
No solamente Elí César resintió y resistió la embestida, mención aparte merece su equipo de trabajo.


Expresó Paulo Coelho que “donde hay lealtad las armas no sirven”, y aquí se topó con pared, con la firmeza de un grupo que sintió como propio el ataque.


Tolkien, el británico novelista autor de “El señor de los anillos” entre otros éxitos, señalaba que “infiel es el que dice adiós cuando el camino se oscurece” y Elí César debe sentirse contento porque cuando parecía caer la noche hubo muchos que encendieron antorchas para iluminar el camino.
En tanto sigamos “más que agusto” porque todo estará “más que bien”.

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