UNO. Ahora resulta que algunas voces andan preocupadísimas, y no pueden conciliar el sueño, por constatar y asegurarse que Villa de Pozos cumpla fehacientemente con todos los requisitos, habidos y por haber, para su municipalización. Sólo basta que pongan en contexto el desarrollo agrícola, ganadero, comercial, industrial y de servicios, la infraestructura pública y el crecimiento inmobiliario, el número de habitantes y extensión geográfica, la identidad e historia de esta demarcación con algún otro municipio del Estado, para darse cuenta de lo evidente: Villa de Pozos tiene todo para ser un municipio.
Así también crece el ruido del análisis político, que especula y adelanta los escenarios de la procedencia o improcedencia de la municipalización, como si fuera algo de imposible realización, cuando sucede en otras entidades del país, pero tal parece que nos cuesta mucho normalizar un decreto de esta naturaleza, y se proyectan temerarias conjeturas sin expediente.
Y luego, tendríamos que señalar que, al margen de cualquier agravio político en la larga historia de esta lucha social, lo más importante para el ciudadano ya no es la lectura política que se le quiera imprimir al asunto, sino la certeza de contar con una administración pública propia, identificada y comprometida con su gente, transparente en el gasto y en su desempeño, y eficiente en la prestación de servicios para el crecimiento económico y desarrollo sustentable de este bello lugar.
DOS. Los directores de planteles educativos de carácter público deben replantearse cuáles son sus funciones, sus atribuciones, sus obligaciones. A lo largo de su gestión administrativa encontrarán serias dificultades para el ejercicio de su cargo, ya que su labor estará enfocada en el cumplimiento de los programas educativos, en la evaluación de las planificaciones de los compañeros docentes, en la buena atención de los trámites administrativos al servicio de la comunidad, en la seguridad del plantel, y por supuesto en la seguridad de quienes asisten al mismo, y por si fuera poco, en la correcta observación de las disposiciones constitucionales, legales y reglamentarias que resulten aplicables en materia laboral a todos sus compañeros de trabajo, a los subdirectores, coordinadores, secretarias, prefectos, trabajadores sociales, maestros de grupo, intendentes, y toda aquella persona que preste sus servicios en ese plantel, porque todos ellos son sus compañeros de trabajo, sería muy ignorante decir que son sus trabajadores y sería muy pretencioso decir que son sus subordinados.
Y en ese contexto, es válido preguntar ¿Tiene facultad un director de plantel para modificar, unilateralmente, el horario de trabajo de los intendentes? Una pregunta interesante que, esperemos se resuelva pronto, en la Secundaria Técnica 31, en favor de los trabajadores.
TRES. Las tiernas imágenes de dinosaurios ejerciendo distintas profesiones tradicionales, esas cómicas caricaturas que se han puesto de moda en redes sociales, son un fuerte llamado de atención a todos los sectores de la sociedad sobre las tendencias novedosas por construir un futuro sin formación académica, sin sustento en estudios de educación superior, sin ninguna plataforma científica, humanista, o tecnológica.
Si en algún momento, la disyuntiva del joven estudiante fue decidirse entre los bachilleratos socio-administrativo, físico-matemático, o químico-biológico, hoy en día, esa definición ha perdido cualquier interés para las nuevas generaciones, y la verdad es que no me atrevo a someter a discusión este hecho con cualquier quinceañera o quinceañero, ya que, desde el inicio, el debate está perdido.
La premisa de estudiar para “ser alguien en la vida” es tan obsoleta como si redactara estas líneas con un cincel en una piedra. La monetización en internet depende del número de seguidores, vistas y reacciones al contenido, aunque ese contenido carezca de sentido científico, humanista o tecnológico, luego entonces, ¿Para qué estudiar? ¿Para qué quieren una licenciatura, maestría o doctorado, si desde ahora pueden ser influencers excelentemente monetizados? Tristemente las profesiones tradicionales se encuentran en grave peligro de extinción.
CUATRO. Una fuerte agresividad se desborda, por todos y cada uno de los poros de muchas personas, por el intenso y lento flujo de vehículos automotrices, privados y de servicio público, en determinados horarios y zonas de la ciudad, y ante esto, no se distingue por el momento, una solución definitiva a los constantes problemas de vialidad y hechos de tránsito, ni a la confrontación verbal y física de los conductores.
La autoridad hace su trabajo de patrullaje, pero los particulares también deben tener, inexcusablemente, palabra de honor con el reglamento de tránsito.
Sin embargo, la imprudencia, la impericia, la falta de precaución, que son las características principales de los delitos culposos, conjugadas con la hostilidad de los conductores y conductoras, contribuyen al tráfico caótico y los percances automovilísticos.
Más allá de los letreros que dicen que si no quieres topes le bajes a la velocidad, no queremos llegar a tener una ciudad donde, por falta de moderación y tolerancia al conducir, tan solo tocar el claxon del coche signifique un riesgo inminente, como en otras ciudades.
CINCO. En estos tiempos donde la lejanía ideológica es tan marcada entre una generación y otra, es muy recomendable un ejercicio de acercamiento entre las mismas, buscando puntos de coincidencia que faciliten la comprensión mutua para una mejor convivencia.
Es así como, a través de la comedia, la primera temporada de la serie “La flor más bella” nos revela los conflictos emocionales de un personaje envuelto en una encrucijada entre el sentimiento y el razonamiento. Existe la reflexión sobre el desenvolvimiento personal que atiende a lo más superficial, así como la forma de sobrellevar la anti popularidad y contrarrestar la invisibilidad.
También son muy atractivas las postales de Xochimilco CDMX y el recuento de su tradición cultural. Con un planteamiento realista y congruente, en sus primeros 10 episodios, esta serie nos recuerda el momento crucial de la adolescencia, en el cual, todos despertamos nuestra conciencia social, y nos enfrentamos por primera vez a una toma de decisiones que, al mismo tiempo, nos puede producir felicidad y sufrimiento.
