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domingo, diciembre 22, 2024

QUE DESORDEN DEL REGISTRO CIVIL

Desafortunadamente para la ciudadanía potosina, la Dirección del Registro Civil está viviendo uno de los momentos más difíciles y penosos en los últimos años y una notoria crisis en la prestación de sus servicios, que diariamente afecta a cientos de usuarios, sin que parezca interesarle a nadie, sin muestras de sensibilidad social, y aparentemente, sin ánimo de tomar decisiones que permitan mejorar los resultados de esta dependencia.  

La buena fe que históricamente, distingue y caracteriza al Registro Civil como una institución que brinda certeza legal, no debería verse empañada de la forma tan desastrosa y lamentable como le sucede en estos días, ya que esta área de la administración pública estatal, que por su naturaleza es eminentemente jurídica, debe concretarse a satisfacer las necesidades de los usuarios con una estrategia tendiente a la protección de los derechos de las personas, y no con la monumental y grosera indiferencia con que actualmente se conduce.

Cuando cualquiera de nosotros, tiene un eventual conflicto jurídico para acreditar su nombre o su estado civil, se ve orillado por necesidad y no por gusto, por obligación y no por diversión, por responsabilidad y no por mal intencionado, a acudir a la Dirección del Registro Civil en la ciudad de San Luis Potosí para obtener certificaciones, para enmendar documentos, para inscribir anotaciones, y en general, para gestionar los trámites necesarios para solucionar un apuro circunstancial, pero en este momento, nos encontramos con que las puertas y ventanillas de la institución están parcialmente cerradas.

El acceso es bastante restringido, y esto ocasiona una serie de inconvenientes que se traducen como una experiencia desagradable para el usuario. A nadie le gusta que al llegar a la puerta principal lo interroguen, lo maltraten y lo regresen a su casa. A nadie le gusta que lo despachen sin atender su asunto. A nadie le gusta que lo hagan sentir como un tonto por la falta de un requisito y le hagan pasar un momento incómodo. A nadie le gusta que le impidan el paso, pero debido a las medidas de prevención implementadas con motivo de la pandemia, muchos trámites públicos municipales, estatales y federales establecieron filtros de atención en las banquetas para liberar espacio y desahogar las filas rechazando lo que fuera posible rechazar desde la calle, y este método le cayó de maravilla a la Dirección del Registro Civil, es decir, le vino como anillo al dedo.

Es injustificable, por donde lo quieran ver, la enorme fila de personas que desde muy temprano se forma sobre la calle de Rayón, con el propósito de obtener un turno para solicitar un trámite, por el que todavía te van a cobrar. Antes de las siete de la mañana la gente llega apresurada con el pendiente de alcanzar uno de los turnos que pueden ser asignados para ese día. Un turno por persona hasta donde alcance y un solo trámite por persona, así que no se te ocurra llevar dos o más asuntos, porque dado el caso, tendrás que regresar a esa fila tantos días como sea necesario.

Después de las ocho de la mañana, pasada la euforia de la repartición de turnos, las personas que van llegando dialogan intensamente con el personal apostado en la banqueta para dar informes y ceder el paso a quien tenga una cita. La intensidad del intercambio de comentarios obedece desde luego a la frustración de los usuarios por no poder entrar al edificio a resolver su problema, y al desdén de esos servidores públicos encargados de filtrar el ingreso de usuarios. La postura de la institución es clara y contundente: haga una cita por internet o fórmese al día hábil siguiente antes de las siete de la mañana.

Ni siquiera vale la pena comentar que el sistema de citas electrónico colapsó, plantear esa falla es como iniciar un debate con la pared. Tampoco vale la pena referirse a los encontronazos entre quienes son rebasados por la impotencia de un servicio deficiente y los servidores públicos de la institución, ya que a éstos últimos ni el rezago, ni las filas interminables, ni las tardanzas, ni las quejas airadas, ni absolutamente nada que tenga que ver con el servicio que prestan, les quita el sueño, ni así de poquito. Lo único que no puede pasar desapercibido para nadie, es que una gran cantidad de personas afectadas por esta falta de organización administrativa son adultos mayores, en serio, NO SE PASEN.

¡Ah, por cierto! en estos temas el club de tobi, sigue siendo un club de tobi, espero equivocarme y ya se hayan pronunciado al respecto, o tal vez, andan organizando otra conferencia.

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